Haters gonna laugh

Buenos días, blogueros. Qué pronto es. Las nueve de la mañana. Y yo aquí, danzando. No he mirado cuándo fue la última vez que pasé por aquí, pero si os digo que fue hace más de un año, probablemente esté en lo cierto.

En este primer reencuentro, os voy a hablar de los briks de leche. Es un invento que ha sido muy importante en la evolución del ser humano. No hace falta irse muy lejos para darse cuenta. Supongo que todos habéis visto alguna vez Heidi, ¿no? ¿Y qué hacían ellos con la leche? Ordeñaban la vaca, y la leche que obtenían, sin pasar por ningún control, ni nada parecido, la metían en un barril metálico que debía pesar más que la propia vaca. Y luego lo iban echando a un cuenco. El abuelo de Heidi, me parece a mí, que es tío o primo segundo de Chuck Norris. Porque para levantar eso, hostias.

Vayamos ahora con lo que es el brick en sí mismo. Les hay de varios tipos, aunque yo me voy a centrar en dos.

Comencemos con el brick cachondo. El brick cachondo es el típico que usaron durante años Pascual, Ram y todas estas marcas. En la parte superior, en uno de los laterales, en una de las "pletinas" ponía aquello de "abrefácil". La Real Academia de la lengua define la palabra abrefácil como "Sistema de apertura fácil incorporado a la tapa de algunos envases herméticos." Pero eso es como lo define la Real Academia. Porque Pascual y Ram lo definen como "Busca unas tijeras". Si eres más chulo que un ocho, tambien te puede valer un cuchillo. Luego tenemos al primo del cuñado del hermano del amigo de mi vecino, (que creo que alguna vez os he hablado de él), que abre los bricks a mordiscos. Sí, a mordiscos.

Ahora profundicemos más en su abrefácil. ¿Habéis visto la línea de puntos? ¿Pero qué es aquello? Si atraviesa medio envase. Vamos a ver, que yo lo que quiero es llenar un vaso, no el Océano Atlántico. Con una apertura pequeña es suficiente. Me gustaría ver si alguien, alguna vez, ha abierto el brick sobre la línea de puntos. Y por supuesto, me gustaría ver cómo acabó todo; ¿hubo inundación en la cocina?, ¿goteras en el piso de abajo?, ¿llamaron a los bomberos?, ¿hubo alguna reclamación?, ¿qué escribieron en el parte del seguro? Me hubiese gustado ver el parte: "Pues nada, que iba a desayunar, abrí el brick de leche y salimos nadando".

Ahora vamos con otro tipo de brick: el de tapón. Es un brick extraño. Porque tiene trampa. La trampa está en que tienes que echar la leche con el tapón situado lo más arriba posible. Pero en ningún brick viene esta instrucción. Esto, teóricamente, es para no salpicar. Pero claro, no todo es tán fácil. Porque vale, tú colocas el tapón lo más arriba posible, pero ahí debe salir un instinto asturiano que seguramente no tengas. Porque en vez de echar la leche en la taza, parece que estés sirviendo sidra. Apuntas mal y se te cae todo en la mesa. Tú miras al tapón, el tapón te mira a ti, das vueltas al brick, no sabes como cogerlo, pruebas a echar un poco, te salpicas, lo posas en la mesa, vuelves a dar vueltas al brick, sacas un zumo de naranja del armario, te vas a tu habitación y ya no desayunas. Te rindes. Lo has intentado todo y al final tienes que resignarte y no desayunar. Ya si eso mañana probamos otra vez.

Otra de las cosas que más llama la atención de los briks, es lo que se escribe en ellos. "Leche entera uperisada", "UHT". ¿Qué cojones es todo esto? Eso de UHT, más que a leche, suena a componentes de ordenador. Menos mal que los ordenadores de ahora son de color negro. Porque como cada día son más pequeños, si fuesen blancos, les confundiríamos. Es verdad, te asaltan las dudas cuando lees eso. Y luego ya cuando lees la marca, RAM, ya te convences: Es un ordenador.

Ahora vamos con otra cosa. Antes, a estos chismes, se les llamaba Tetra brick. Es curioso, porque son como los Pokémon. Evolucionan. Ahora lo miras y pone Tetra Pak. He buscado información en internet, y en la página web oficial de Tetra Pak, aparece esto: "Tetra Pak presenta a Mister Pak, un envase de cartón cercano, simpático, preocupado por su entorno, la alimentación de los suyos y por el medio ambiente." La verdad es que acojona un poco. Es como si los bricks fuesen ahora robots, que se preocupan por nosotros, nos cuidan, nos dan conversación, son simpáticos (¿y si alguno quiere follarnos?) Yo, de momento, ya no les miro de la misma forma. Ahora me siento vigilado dentro de mi propia cocina.

Y antes de que vean lo que estoy escribiendo sobre ellos, me despido. Espero que os haya gustado. Y si no os ha gustado, ya sabéis, peloteadme un poco y decidme que os ha encantado y que en vuestra vida habréis leído algo tan gracioso. Que para decirme que no tiene gracia, ya está Jarek. Hasta la próxima, blogueros.